lunes, 5 de octubre de 2015

¡Fusión!

Por más que horrorice a nuestras madres y abuelas, fusionar está de moda. "Lo dulce que sepa a dulce y lo salado a salado. Esas mezclas a mí no me las hagas probar". "Donde esté un cordero como el de toda la vida que se quiten esas extravagancias que hacéis ahora".
Es duro, pero los cocineros de hoy en día tenemos al enemigo en casa, tenemos que enfrentarnos contra la que nos parió y nos inculcó el amor por la cocina. ¡Lucha contra tu madre!, no te puede dejar de querer por meterle una reducción de remolacha al bonito.

Hoy en Urban Chef, ¡Fusionamos!. Para sorpresa de alumnos y comensales vamos a preparar Maki de Pollo y Gambas. Cuando lo vea mi madre me va a meter un bofetón...carne y pescado, ¿a quién se le ocurre?...

Hace un montón de años, cuando aún era un prometedor y joven ejecutivo en el sector financiero, me invitarón a comer a Nodo, donde Alberto Chicote se hizo famoso fusionando cocina española y japonesa. A mí eso de meter jamón ibérico a unos makis me pareció espectacular. La carta era ininteligible entonces por mi ignorancia sobre la comida asiática pero salí muy satisfecho.

Las fórmulas asiáticas se prestan mucho a la fusión por varios motivos: utilizan ingredientes poco habituales en nuestra gastronomía, son muy coloridos y visuales, sabores muy potentes, y, a pesar de la globalización, nos siguen sonando a exótico.

¡Pues vamos con esos makis!

Elaboración sencilla pero entretenida. Una esterilla para enrollar ayuda, sobre ella un film donde dentro se enrollará el Maki, una cocción delicada, y un montaje resultón.

El arroz del Maki lo vamos a sacar del roll y lo utilizaremos de guarnición, mezcla de arroz salvaje y basmati para mayor contraste visual. Una confitura de limón y una salsa verde terminarán de hacer las delicias de nuestros sentidos.


¿Qué os ha parecido?.

Ahora una receta rápida de mi etapa en Santceloni. La he utilizado con muchísimo éxito en degustaciones en Madrid y es una bomba en la boca. Bonito marinado en PX y soja sobre reducción de remolacha. Visualmente espectacular, sobe todo cuando empiezas a comerla pues la reducción está  pintada debajo del bonito. En la boca la reducción de remolacha y el contraste salado de la soja y el pescado son brutales.
En el taller de Urban Chef lo hemos emplatado con una crema de almendras y unos cubos de melón osmotizados al vacío con jugo de remolacha. Exactamente como hacen en el 2 estrellas Michelin de la Castellana. ¡Qué escándalo!


¡Qué bien nos lo pasamos en París! Tralará tralarí

2 comentarios:

  1. Efectivamente, tiene que estar buenisimo, pués solamente, con ir leyendo la receta, la boca va haciendose agua, solamente falta indicar, ¿ que vino es el apropiado ?

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  2. según te leía, oía a mi madre también!!!! hay muca gente reacia a probar este tipo de comida, pero una vez que te lanzas es imposible pararte!

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